Averías provocados por conductores

Estas son las averías más típicas provocadas por los conductores

Ya sea por negligencias del propio conductor o por los malos vicios que tenemos al volante, los conductores somos los culpables de algunas averías que pueden darse en nuestros coches. Muchas veces nos cuesta entender el origen de estas averías, y somos incapaces de asumir el error pero puede que al descubrir la causa de la avería te sientas identificado. En nuestros tutoriales de mecánica, vamos a descubrir las averías más comunes causadas por los propios conductores.

Equivocarse de combustible

Puedes provocar todo un estropicio en el motor poniendo gasolina en un diésel o gasoil en un gasolina, aunque por la diferencia de las mangueras esta última opción es más complicada. Aún así, según el RACE cada año se producen unos 50.000 errores de este tipo, muchas veces de conductores que utilizan el segundo coche familiar o un coche de empresa. Hay que llamar a la grúa nada más percatarnos de un error. La reparación puede salirnos perfectamente por 400€, y no suele estar cubierta por el seguro.

Problemas en las ruedas

Un error bastante común es circular con los neumáticos más desgastados de lo que deberían, o sin la presión correcta. Esto puede provocar malformaciones que den paso a vibraciones, y en el pero de los casos puede acabar en un pinchazo en marcha que en muchos casos provocará un accidente de tráfico. Por eso es tan importante revisar periódicamente la presión de los neumáticos y el buen estado de las ruedas, y que las cambies cuando muestren síntomas de que han llegado al final de su vida útil. Consulta las señales que indican que hay que cambiar los neumáticos y evitar mayores problemas en tu vehículo.

Problemas de motor

El propulsor es como el corazón del coche, así que tendremos que tratarlo bien si no queremos provocar daños en el motor que acorten la vida útil del motor. Uno de los fallos más habituales es acelerar con el motor frío, lo que acelerará el desgaste interno del motor. Por eso hay que esperar unos segundos a que el aceite se caliente y se expanda por todo el motor, de forma que al pisar el acelerador no forcemos el motor en exceso. La reparación de un motor dañado puede costarnos más de 1.000€.



Otro vicio que puede dañar el motor es circular a muy pocas revoluciones, una costumbre que puede provocar muchos daños en el propulsor del vehículo. Por ejemplo, en el caso de los diésel la válvula EGR acumula carbonilla, reduciendo su vida útil; algo similar a lo que pasa con el catalizador tanto en diésel como gasolina. Puede que no pases la ITV por esta razón. Conducir a bajas revoluciones también puede hacer que la carbonilla sature el filtro de partículas, y en coches viejos puede dañar el cigüeñal o las bielas.

Daños en el eje y en las suspensiones

Aparcar en la jungla urbana a veces es toda una odisea, y a muchos conductores no les que más remedio que dejar el coche con una rueda sobre el bordillo. Además de dañar los neumáticos, en especial si está rozando el bordillo, cuando hay una rueda sobre el bordillo más elevada que la otra, en la calzada, estaremos dañando también las suspensiones, en especial si el desnivel es de más de 5 centímetros. También al pasar rápido por badenes y bordillos podemos dañar las suspensiones y sus elementos.

El embrague y el cambio de marchas

Hay conductores que parece que tengan el pie o la mano muertos sobre el embrague y el cambio respectivamente, una costumbre muy fea que puede dañar las piezas de estos elementos. Reparar el embrague puede irse hasta unos 400€, mientras que la fea costumbre de tener la mano todo el rato sobre el cambio puede acabar rompiendo la caja de cambios, una reparación que nos saldrá desde unos 1.500€. Si tienes la suerte de conducir un coche automático podrás ahorrarte este problema con facilidad.

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