Datos identificativos, exterior, alumbrado, frenos, emisiones, dirección, neumáticos y suspensión, motor y transmisión y otros son los diferentes aspectos en los que se fijan los técnicos de la ITV, un trámite obligatorio para todos los vehículos pero que es un suplicio para muchos conductores. Sin embargo, superar la ITV es muy fácil siempre que el vehículo esté en perfectas condiciones. Por eso debes prestar especial atención a los detalles y seguir los siguientes consejos para superar la ITV a la primera.

Lleva toda la documentación

Seguramente sea lo primero que te pidan, así que no olvides la Tarjeta de Inspección Técnica del Vehículo ni el Permiso de Circulación. Y aunque desde la estación puedan comprobar que tienes seguro en la base de datos de Tráfico o que has cambiado tu coche de nombre tras adquirirlo, nunca está de más que lleves el último recibo del seguro.

Cuidado con las luces

Es el apartado en el que se dan más fallos, tanto leves como graves, de forma que un alumbrado deficiente puede tumbar la ITV de un coche con una mecánica perfecta. Asegúrate de que todos los faros del vehículo alumbran bien, tienen una luz clara y potente y se encienden a la primera. También las luces menos habituales, como los antinieblas.

Es recomendable limpiar los faros del coche para que se vea la cantidad de luz sin ningún problema.

Los peligros del parabrisas

Cuando conducimos es relativamente fácil que la luna delantera reciba el impacto de pequeñas chinas lanzadas -involuntariamente- por los vehículos que nos preceden. Si han impactado en el campo de visión del conductor y se han expandido generando una grita puede ser un defecto grave, así que deberías cambiar el parabrisas antes de la ITV. Aprovecha también para revisar el estado de las escobillas del limpiaparabrisas -acuérdate de que detrás hay otro- y llena el depósito de líquido. Si están en mal estado o no hay líquido pueden tumbarte la inspección.

Las ruedas, una trampa para muchos conductores

Todo el mundo sabe que la profundidad mínima de las ruedas es de 1,6 mm, y tampoco podemos circular con ellas si tienen defectos como cortes o deformaciones. Pero la cosa no acaba ahí, y si has cambiado de neumáticos asegúrate de que son iguales y de que su tamaño coincide con el tamaño de homologación que aparece en la ficha técnica. Si no es así y no sabes cuándo debes cambiar los neumáticos del coche, tendrás un serio problema en la ITV.

Matrículas bien sujetas y legibles

Hay conductores que tiran de ingenio para evitar que los radares capten su matrícula. Sin embargo la picaresca se acaba pagando y la ITV puede ser el lugar. Comprueba que tienes ambas placas bien sujetas al vehículo, que no están dobladas ni presentan bordes cortantes y que los números se pueden leer bien. Si están borrosos no pasarás la inspección.

Paragolpes, retrovisores y elementos cortantes

Algo parecido pasa con los parachoques o los retrovisores: si no están bien sujetos, no pasarás las ITV. Tampoco si presentan elementos cortantes que, a juicio del inspector, puedan resultar peligrosos. Los retrovisores son un elemento de seguridad esencial, tampoco pueden estar rotos o defectuosos.

Pasa una inspección preITV

Cada vez son más los talleres que ofrecen inspecciones preITV. No nos garantizan al 100% que vayamos a pasar la ITV, pero sí que son un buen salvavidas a la hora de asegurarnos de que el coche no presenta ningún defecto que nos impida conseguir la ansiada pegatina a la primera o, si lo tiene, corregirlo antes de nuestra cita con la ITV. Aunque visualmente puedas revisar algunos elementos, los gases o la dirección siempre es mejor dejarlos en manos de un experto.

Lleva el coche limpio

Entre la inspección preITV y la visita a la ITV nunca está de más hacer una visita al túnel de lavado y pasarle el aspirador o limpiar los asientos de tela del coche. Si el inspector se encuentra con un coche limpio y aparentemente en buen estado siempre tendrá una predisposición más positiva al evaluarlo que si el coche está sucio.