Cómo guardar la ropa en invierno

Apunta los 4 pasos esenciales para guardar la ropa de invierno

El cambio de armario es algo que, a muchas personas, les lleva de cabeza. Se trata de una tarea doméstica que se realiza de dos a cuatro veces al año cuando el clima cambia y la ropa ya no te sirve para la nueva estación. Guardar la ropa de invierno es, además, más complicado porque estas prendas suelen ser más gruesas y ocupan mayor espacio.

Por eso, queremos ayudarte a que esta primavera puedas cambiar fácilmente tu armario y, por eso, aquí te descubrimos los 4 pasos a seguir para guardar bien la ropa de invierno. ¡Rápido, fácil y efectivo!

Cómo guardar la ropa de invierno en casa

En tan solo 4 pasos ya podemos cambiar la ropa del armario y conseguir almacenarla correctamente. Para ello solo necesitarás dedicar una tarde para poder realizar dicho cambio y conseguir que tus prendas estén bien almacenadas y cuidadas al máximo.

Aquí te descubrimos los pasos que tienes que seguir si quieres que tu ropa de invierno quede bien guardada en tu casa. ¡Comenzamos!

1. Selecciona la ropa de invierno

Es uno de los pasos más complicados pero necesarios. Y es que, para poder guardar bien la ropa de invierno tenemos que ser sinceros con nosotros mismos y valorar qué hemos usado y qué no. De esta forma, podemos hacer la selección y dar o regalar todas aquellas prendas que no nos vamos a poner más.



Es un paso complicado porque siempre cuesta desprenderse de algunas prendas. Sin embargo, ¡es necesario! Muchas personas tienen el armario lleno a rebosar y, después, siempre se ponen lo mismo. Sé sincero/a contigo mismo y decide qué ropa sí que quieres tener el año que viene y qué ropa no.

2. Lava la ropa antes de guardarla

Si quieres guardar bien la ropa de invierno, es importante que la laves previamente. De esta forma, cuando la vayas a usar la temporada que viene estarás seguro de que las prendas están completamente limpias y con buen olor. Además de por higiene, también se recomienda que se lave la ropa antes de guardarla porque conseguirás proteger mejor la tela y los tejidos. Por tanto, dedica la tarde a lavar y secar antes de guardar.

3. Almacena la ropa en lugares específicos

Ahora viene lo más complicado: almacenar la ropa. Como ya hemos dicho, las prendas de invierno son mucho más voluminosas y gruesas que las de verano. Por tanto, es importante que tengamos claro dónde las vamos a guardar para que no nos ocupe demasiado espacio.

Hay muchos espacios que son óptimos para guardar la ropa sin que moleste como, por ejemplo, debajo de la cama (en cajas herméticamente cerradas), encima del armario, dentro del armario, en cajones, etcétera. Para que la ropa esté en buen estado es importante que la guardes en espacios cerrados y que estén protegidos de las polillas y del polvo. Te recomendamos que aprendas cómo acabar con las polillas en casa para que no te molesten más.

4. Dobla y protege la ropa

Para poder guardar bien la ropa de invierno es importante que lo hagas de forma correcta, sobre todo si deseas guardar la ropa al vacío. Por ello, deberás doblarla (nada de arrugarla o hacer ovillos de ropa, porque podría estropear la tela) y guardarla en espacios cerrados. Tal y como acabamos de comentar, el polvo o las polillas pueden afectar los tejidos, por ello, es importante que cuentes con cajas herméticas o bolsas con cremallera que conserven mejor cada prenda de ropa que quieras guardar.

En el caso de las mantas y los edredones se recomienda que, además de limpiarlos, también les pases un aspirador para que, así, retires las motas de polvo que puedan tener por su uso durante el invierno.

Con estos cuatro pasos podrás tener la ropa de invierno bien guardada y protegida, preparada para ser usada nuevamente cuando el verano toque a su fin.

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