Las camas, compañeras de fatigas: escoge la tuya

El ser humano siempre ha buscado el confort durante su descanso, ya que ha podido comprobar que uno no se recupera igual de bien durmiendo sobre la dura y áspera superficie de una roca que sobre un mullido y suave colchón. Tanto si se ha terminado una dura jornada de trabajo como si se llega a casa después de una noche de fiesta, no hay nada más placentero y reconfortante que rendirse a los encantos de una buena cama. Pero, ¿cómo escoger aquella que mejor se adapta a nosotros y nuestro dormitorio? En Livingo, por ejemplo, un portal especializado en muebles que nos encanta por su comodidad y variedad, encontramos un inmenso catálogo de camas de formas y estilos casi infinitos.

A continuación vamos a darte algunas claves para escoger la tuya, aunque antes haremos un poco de historia.

En un principio, las camas tal como las encontramos hoy en día en cualquier hogar no existían. Fue con las antiguas civilizaciones egipcia y asiria cuando surgieron las camas como el mueble para el reposo que todos conocemos. Estos pueblos las dotaron de un bastidor rectangular con la longitud suficiente para que cupiese una persona tendida a lo largo, con la peculiaridad de elevarse sobre el nivel del suelo mediante cuatro patas situadas bajo sus esquinas.

Tomando esta estructura básica, podemos encontrar camas de todo tipo y tamaño: desde camas con dosel –un armazón para colocar cortinas en la cama­– hasta camas nido con una cama auxiliar alojada en su interior, pasando por camas redondas, que desafían al modelo clásico en forma de rectángulo. Luego nos encontramos el cabecero, que añade más variedad si cabe. Se trata de una pieza clave en términos de decoración del dormitorio, y en alguna ocasión te hemos dado ideas para encontrar el cabecero que mejor le va al tuyo.

No cabe duda: nuestras camas están ahí siempre que las necesitamos. Allá donde se encuentre una cama, tendrás una fiel compañera de fatigas dispuesta a recargarte las pilas.

Cómo elegir la mejor cama para tu habitación

Si vas a renovar un dormitorio o vas a amueblarlo por primera vez, necesitarás que la cama que escojas vaya a juego con la decoración de la estancia, para conseguir un conjunto uniforme que transmita serenidad y facilite el descanso.



No es una tarea fácil, así que vamos a darte algunas ideas para que tu elección sea el inicio de una bonita amistad entre tu dormitorio y tu nueva cama.

Fíjate en el estilo de tu dormitorio. ¿Es una habitación matrimonial o por el contrario es el cuarto de los invitados? Si es el primer caso, deberás escoger una cama de matrimonio, lo suficientemente amplia para que tu pareja y tú podáis descansar sin estar demasiado apretados, ¡aunque en muchos momentos eso no sea un problema! Puedes escoger una con un cabecero de estilo romántico, con colores cálidos que combinen bien con vuestro amor.

En cambio, si se trata de una habitación de invitados, una cama individual o doble con un estilo más sobrio pero acogedor será ideal para hacer sentir a tus huéspedes como en su propia casa.

¿Y qué opción es la mejor si hablamos de una habitación infantil? En ese caso la opción es clara. La cama que compremos deberá seguir la línea de formas desenfadadas con colores vivos y alegres que reina en la habitación de los más peques de la casa. Si se trata, además, de una habitación de hermanos, una litera puede hacer las delicias de tus hijos. ¡Les encantan! Para ellos es un juego el subir cada noche a lo alto de la litera, y pueden intercambiarse las camas de manera que no sea siempre el mismo el que duerma arriba. Además, ganarás espacio para que jueguen en la habitación y para algún mueble en el que guardar sus juguetes.

Y ahora, ¿ya tienes claro cuál es la cama que mejor encaja en tu dormitorio?

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