Qué errores evitar al usar la calefacción en tu hogar

Errores a evitar para ahorrar en calefacción en invierno

Una vez llega el invierno, son muchos los hogares que tienen que poner la calefacción para protegerse del frío durante estos meses. Sin embargo, con la subida general que han experimentado los precios de la energía en toda Europa, lo más normal es que este año tengamos que pagar mucho más dinero para calentar la casa durante el invierno.

Pero, ¿sabías que, simplemente, con tener en cuenta algunas recomendaciones vas a poder gastar menos y evitar consumir más de lo necesario? Descubre los principales errores que debes evitar si quieres ahorrar dinero en calefacción este invierno, tanto si tienes calderas de gas o aparatos de calefacción eléctricos.

Errores que no te permiten ahorrar en calefacción durante el invierno

Si quieres fomentar un mayor ahorro en calefacción, debes evitar una serie de errores básicos:

No gestionar bien la temperatura

No controlar adecuadamente la temperatura del interior de la vivienda puede llevarnos a generar un mayor gasto. Por tanto, el primer paso es regular la temperatura y así esteremos contribuyendo a un importante ahorro de energía.

Se debe tener en cuenta que al elevar tan solo un grado la temperatura del termostato, el consumo total de energía va a experimentar un notable incremento. Por ello, lo ideal es tratar de mantener una temperatura fija dentro de casa y así evitaremos que el consumo de gas o de luz se dispare durante los meses de invierno.

Los expertos confirman que lo ideal es poner la calefacción en un intervalo de entre 19 y 21 grados como máximo. Y, a partir de ahí, con cada grado que se baje el termostato, el ahorro en energía será mayor.

No elegir la estufa adecuada

Existen diferentes tipos de estufas, pero no elegir la opción adecuada en función de las necesidades de tu hogar puede provocar un uso inadecuado y propiciar un mayor gasto.

En este caso, podemos destacar las estufas de pellets, que se han convertido en una interesante alternativa para calentar estancias de interior. Son la opción elegida por muchas personas que han decidido contar con una fuente de calor limpia y sostenible en casa este invierno.



En concreto, este tipo de estufas produce un calor de calidad y aportan confort a cualquier estancia interior. Además, tienen un sistema de calor más limpio que las estufas tradicionales de leña y son fuentes de energía más seguras.

No cubrir los radiadores

En muchos hogares, se utilizan los radiadores eléctricos o de gas para acelerar el proceso de secado de la ropa limpia. Sin embargo, con esta práctica, se derrocha una gran cantidad de energía. Por ello, lo más adecuado es que los radiadores estén siempre sin nada encima para permitir así que desprendan el calor adecuado a la temperatura que se ha programado el termostato de la casa.

Al cubrir los radiadores con objetos como la ropa, estamos provocando que estos tarden más en calentarse y, por lo tanto, ralentizamos también el proceso de calentamiento del interior de la vivienda.

No purgar los radiadores al menos una vez al año

Otro truco básico para ahorrar algo de dinero al poner la calefacción en invierno es purgar los radiadores antes de iniciar su uso a principios del invierno. Esta práctica es muy recomendable, ya que los radiadores acumulan aire en las tuberías a lo largo de todo el año. Esto hace que el radiador tenga que consumir más energía para funcionar correctamente y llegar a la temperatura que le marca el termostato de la casa.

Purgar un radiador es muy sencillo. Tan solo se necesita un destornillador fino o una moneda de cinco céntimos. Cada radiador cuenta con una llave que se puede abrir y cerrar fácilmente y que es la que permite la expulsión del aire acumulado.

Una vez abierta la llave, observarás que empieza a salir aire y, después del aire, empezará a salir agua. Cuando veas el agua caer, es el momento de cerrar la llave de nuevo. De esta forma, te asegurarás de que el radiador ha quedado correctamente purgado.

Con estos consejos, evitarás cometer errores y así obtener un mayor ahorro en calefacción durante los meses más fríos del año.

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