Una de las averías más comunes de los tubos fluorescentes se produce cuando falla el cebador, encargado de arrancar el tubo. Podemos detectar fácilmente este tipo de avería ya que cuando ocurre la luz de el tubo fluorescente parpadea encendiéndose a continuación.
Para cambiar el cebador de un tubo fluorescente lo primero que hay que hacer es apagar la luz antes de manipularlo. Después se retira el tubo y se extrae el cebador. Como el fallo se produce en este condensador hay que sustituirlo por uno nuevo que podremos encontrar fácilmente ya que existe un modelo universal para todo tipo de tubos.
Lo más importante a tener en cuenta a la hora de adquirir un nuevo cebador es fijarnos en el rango de potencias que admite.
Para su sustitución se ha de colocar el nuevo cebador de forma que quede bien fijado al soporte y a continuación colocar de nuevo el tubo fluorescente. De esta manera arreglaremos la avería de manera adecuada y repararemos el desperfecto.